Publicado en Photolari el 26-6-2019:

«El proyecto Train Portraits pretende captar la cotidianidad a través de una serie de retratos en blanco y negro realizados durante trayectos en tren y en metro.

Con esta serie de fotografías, capturadas y editadas con diferentes teléfonos móviles, intento plasmar el ensoñamiento matutino de algunos pasajeros, la melancolía que transmiten ciertos rostros al atardecer, el agotamiento que reflejan determinadas facciones y gestos, la aflicción que ocultan algunas miradas, la tristeza, la alegría, el nerviosismo… La vida real.

El uso tan común de los smartphones en los transportes públicos me otorga la invisibilidad necesaria para captar una pequeña parte de la vida de mis compañeros de viaje.

Desconocedores de ser objeto de observación, las miradas, los gestos y las expresiones de los pasajeros se mantienen transparentes; reales. Tan reales que cada instantánea me permite apreciar parte de las vivencias de cada retratado. Por eso al observar estas fotografías, el espectador también puede leer una historia tras cada una de ellas e incluso sentirse identificado con las emociones y sentimientos que desprenden.

Todo comenzó por la falta de tiempo para realizar salidas fotográficas con mi réflex y por tener que utilizar el tren para trasladarme cada día desde mi casa hasta mi puesto de trabajo.

Empecé a fijarme en la gente que cada día se sentaba frente a mí y me di cuenta de que había ciertas personas que por sus rasgos faciales, sus expresiones o su estilo tan personal, llamaban increíblemente mi atención. Fue entonces cuando comencé a pensar que sería interesante poder retratarlas.

Tras unos días de dudas sobre si hacerlo o no, por temor a que se diesen cuenta de mis intenciones y comenzasen a insultarme a grito pelado, una mañana me armé de valor y me atreví a realizar la primera foto a hurtadillas. Y así fue como el nerviosismo y el miedo iniciales se convirtieron de golpe en un increíble cóctel de excitación y satisfacción fotográfica.

Mi idea inicial no era realizar una serie fotográfica con los retratos. En aquel primer momento para mí aquello era una mera distracción y una forma de desquitarme de mi necesidad de dedicar más tiempo al mundo de la fotografía. Pero poco a poco los retratos fueron acumulándose y acabaron por convertirse en una serie fotográfica que decidí desvincular de mi cuenta personal de Instagram para dedicarle un espacio propio.

Aunque, si he de ser sincera, el hecho de decidirme a aunar estas fotografías en una serie como tal surgió tras una llamada de mi buen amigo y fotógrafo, Danny Gibert, quien me propuso exponer buena parte de estos retratos en su estudio. Una exposición de la que surgió otra y que me llevó a pensar que aquello que había comenzado como una mera distracción se había convertido en un trabajo fotográfico con un largo recorrido por delante.

Intento hacer las fotos con la mayor naturalidad posible. Aunque a priori pueda parecer complicado que la gente no se de cuenta de que está siendo fotografiada, lo cierto es que hoy en día la mayoría de la gente va en el tren o en el metro con el móvil a la altura de los ojos. Así que, evitando el uso del flash y del sonido del obturador, es complicado que el que está en frente se de cuenta de que está siendo retratado.

Claro está, en estos casos es inviable dedicar mucho tiempo a encontrar el encuadre perfecto. Para acertar con el encuadre lo que hago es realizar varios intentos. Rara vez hago una única fotografía a las personas que retrato.

Suelo disparar varias veces durante diferentes momentos del trayecto buscando la mejor instantánea o la mejor luz en caso de ir en tren.

Lo cierto es que, más que los retratados, en estos casos mi mayor temor es que sea el vecino del asiento de al lado o el de detrás el que se de cuenta de lo que estoy haciendo.

De hecho me han pillado un par de veces. En una ocasión se me olvidó desactivar el flash de la cámara del teléfono. Menos mal que en ese justo momento se abrieron las puertas del tren y pude bajarme. Eso sí, sin antes interpretar una lamentable actuación en la que no faltaron, claro está, diversos ademanes y gestos de incredulidad con la intención de dar a entender que la aplicación de cámara del teléfono había saltado por error.

La segunda vez no fue la persona retratada la que me pilló con el dedo en el botón del obturador, sino una chica joven que viajaba a mi lado en el metro, quien directamente me preguntó en tono serio: ‘¿Qué estás haciendo?’. En ese momento lo único que se me ocurrió fue decirle que no estaba haciendo ‘nada malo’ y decidí poner toda la carne sobre el asador y explicarle el proyecto.

Lo gracioso es que ni si quiera se interesó por la serie fotográfica, simplemente me confesó que me había preguntado porque creía que estaba sacándole una foto a un ladrón habitual del metro de Barcelona.

Para hacer esta serie he utilizado únicamente smartphones: desde un Sony Xperia Z1 hasta un Huawei P9 y, más recientemente, un iPhone XS. Pero no sólo realizo los retratos con un móvil sino que, además, también los retoco únicamente con aplicaciones móviles. La idea de esta serie es que esté íntegra y únicamente realizada con smartphones.»

 

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