Artículo publicado en la web de RubixePhoto el 6-2-2019:
Desde hace un tiempo soy consciente de que racionalizo todo en exceso, también mi Fotografía callejera. Por eso mi objetivo a medio plazo es disparar cada vez de una forma más instintiva.
Instintivo: Que es obra, efecto o resultado del instinto, y no del juicio o la reflexión.
Instinto: Móvil atribuido a un acto, sentimiento, etc., que obedece a una razón profunda, sin que se percate de ello quien lo realiza o siente (segunda acepción).Real Academia de la Lengua Española.
Quiero decir que demasiado a menudo fotografío buscando un resultado que he imaginado de antemano en lugar de dejarme sorprender. Algo que es un reflejo de cómo soy en muchos otros ámbitos de mi vida; tengo que aprender a ser más flexible.
Sin embargo de vez en cuando consigo disparar sin más. Reaccionando de una manera casi visceral: veo algo y aprieto el botón. Sin tomarme ni un segundo para encuadrar. Sin pensar en los ajustes. Sin pensar ni siquiera en el resultado que busco (porque no busco nada).
La fotografía que te presento hoy es de esas. Y (seguro que no es casual) una de mis favoritas de los últimos meses.

1/6400 F/5.6 ISO 800
La imagen
Contexto
Estoy en Asilah con el grupo de uno de mis curso de Fotografía callejera en Tánger del pasado mes de diciembre. Nos hemos acercado a esta pequeña localidad para aprovechar la mañana del domingo después de patear la ciudad de día y de noche en barrios muy distintos.
Ya hemos comido y estamos a punto de tomar el minibus para volver al aula, seleccionar las mejores imágenes de los alumnos, analizarlas y aprender de ellas.
Composición
Nos hemos reunido en la plaza y estamos comentando lo que hemos visto y fotografiado (y cómo lo hemos hecho).
En un determinado momento miro hacia mi derecha en dirección a unos niños locales que llevan un buen rato jugando al fútbol. Casi todos van vestidos de negro y ocupan la esquina de la plaza en la que alguien ha pintado unas porterías improvisadas como las que yo usaba con mis amigos cuando era crío.
Veo entrar una figura vestida con chilaba negra. Camina unos metros por delante de los niños.
No pienso. No imagino el resultado. Simplemente estiro el brazo y disparo un poco por encima de la cadera. Solo una vez.
Clic.
Ni siquiera me paro a ver el resultado. Así que la reflexión acerca de lo que me había hecho apretar el botón llega mucho después, cuando la veo en la pantalla del portátil.
La disposición de los personajes dibuja una forma reconocible en el encuadre, aportando un cierto orden, generando sensación de profundidad y replicándose en las líneas del suelo.

La figura negra contrasta con los niños. No se ve la cara y resulta bastante tétrica, también porque mira en dirección a ellos y porque va vestida completamente de negro.

Alguien me dijo en mi perfil de Instagram que parecía la mismísima muerte caminando entre los chavales… Me pregunto si eso fue lo que percibió mi mente y me hizo extender el brazo.
Ajustes de cámara y técnica
De haberme parado a pensar en la luz y en la escena habría cambiado la configuración de la cámara. Y seguramente todo habría desaparecido ante mi vista antes de estar preparado.
Por eso los ajustes no tienen nada de lógicos ( y están lejos de mi configuración de cámara para Fotografía callejera): ISO 800 aún disparando a plena luz del día y una velocidad de obturación de 1/6400 de segundo. La apertura de diafragma es 5,6. Por suerte el foco está justo en el hombre de la chilaba porque de lo contrario podía haber quedado desenfocado.
Como te contaba en un video con el que dominarás la profundidad de campo, esa variable no depende solo de la apertura sino también de la distancia focal (en este caso 35 milímetros) y la separación respecto a la zona enfocada.
En definitiva
Pienso demasiado. Me anticipo al resultado y a veces me pierdo lo que no me imagino de antemano. Y no solo me pasa en Fotografía.
Es hora de disparar de otra forma, de empezar a soltarse y fluir. Toca darse permiso para disfrutar también de lo inesperado.
Abracemos el azar. ¿Te apuntas?
Cuéntame cómo lo ves a través de los comentarios. Comparte tu experiencia: ¿eres reflexivo cuando estás ahí fuera haciendo fotos o dejas que la calle te sorprenda? ¿Esperas a que suceda lo que imaginas o reaccionas sin pensar demasiado?
Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.
Hasta pronto.
Jota.