Publicado en XatakaFoto el 27-5-2020:
Los documentales de fotografía son una de las mejores herramientas que tenemos para aprender. Cuando encontramos uno bueno, no queda más remedio que sentarnos frente al televisor o al ordenador y con una libreta en la mano ir apuntando las píldoras, como se dice ahora, que nos da. Después de ver ‘Everybody Street’ todos los fotógrafos deberíamos comprarnos un cuaderno nuevo para tomar apuntes, leerlo y lanzarnos a la calle a fotografiar.
Este documental se presentó en 2013 después de una campaña de apoyo en Kickstarter. El origen del documental fue un corto que hizo la directora y fotógrafa Cheryl Dunn y que tuvo un gran éxito. Se llegó a presentar en la Tate Modern de Londres y fue tal la acogida que decidió convertirlo en un documental de 90 minutos con la presencia de más fotógrafos que cantan las miserias y las alegrías de la ciudad de Nueva York.
Puede que no sea un documental para aquellos que no sienten la necesidad de salir con la cámara colgada del cuello para contar cómo es la ciudad en la que viven. Pero seguro que llama la atención a todos los que disfrutan con buenas historias. Lo mejor de todo es que desde 2016 podemos verlo sin problema en la página oficial de Youtube. Y rebuscando un poco lo encontramos incluso con subtítulos en español.
Uno de los mejores documentales de fotografía de calle
Hace tiempo publicamos un artículo sobre la realidad actual de la fotografía de calle. A juzgar por las numerosas opiniones que circularon por las redes hay fotógrafos que cada vez lo ven más difícil y otros que siguen adelante. En ‘Everybody street’ vemos cómo trabajan algunos de los fotógrafos de calle más famosos. Como dice Oscar Colorado:
Es un género que podría estar en peligro de extinción a la luz de las legislaciones que protegen más los derechos a la privacidad y a la propia imagen. De modo que quizá algún día simplemente sea imposible abordar este género de calle. En este entorno, el documental. ‘Everybody street'(2013) de Cheril Duun es una ventana inusual a un mundo tan complejo como apasionante.
La fotografía de calle no consiste en salir sin pensar con una cámara flamante en la bolsa. Ni apostar por una pose para dar una imagen de concienciado del mundo o adalid de una forma de fotografiar. La fotografía de calle es uno de los trabajos más difíciles del mundo. Requiere sacrificio y constancia. Una de las mejores referencias que podemos encontrar es el libro ‘Cómo hago fotografías. 20 consejos de Joel Meyerowitz’, un libro que debería estar en todas las librerías de los fotógrafos.
Pero a todos nos gusta ver cómo trabajan los demás. Y si se llaman Bruce Davidson, Joel Meyerowitz, Mary Ellen Mark, Max Kozloff, Ricky Powell, Martha Cooper, Jamal Shabazz, Bruce Gilden, Clayton Patterson, Jeff Mermelstein, Rebecca Lepkoff, Boogie, Luc Sante, Jill Freedman o Josh Wildman puede que nos interese más.
Estos son los autores que aparecen trabajando y hablando en este documental que, como dice la autora fue:
Rodada en 16mm y en HD, y con una partitura de la banda neoyorquina Endless Boogie, te lleva a los estudios y a las calles donde podrás ver de primera mano las técnicas de trabajo de estos increíbles artistas mientras se desarrollan en el teatro de la ciudad de Nueva York. Muchos de mis sujetos nunca han sido documentados antes, permaneciendo en cambio escondidos detrás de sus cámaras.
Es un placer sentir el humilde mirar de Mary Ellen Mark; la forma caótica y polémica de moverse de Bruce Gilden; el carisma de Joel Meyerowitz o la curiosa forma de ver el mundo de Jeff Mermelstein, del que me declaro un seguidor incondicional desde que vi hace siete años este documental.
Pero no se queda en los fotógrafos actuales. Hay un repaso por todas las grandes firmas que han dicho algo sobre la fotografía de calle, como Diane Arbus, Cartier-Bresson o Helen Levitt.
Así que ya tenemos otro plan para la próxima vez que nos podamos sentar tranquilos para ver la televisión. Pero esta vez con un cuaderno a mano. Es el momento de aprender lo que queremos hacer realmente con nuestra cámara y desterrar viejos vicios que no nos llevan a nada. Aquí vemos que lo que importa es la persona que está detrás de la máquina. La cámara solo hace lo que nosotros le pedimos.