Publicado en Photolari el 22-10-19:
Tiene el sensor de formato completo más potente del momento, un cuerpo con ergonomía y autonomía mejorada, vídeo 4K, uno de los mejores sistemas de enfoque del momento… ¿De verdad a estas alturas tiene sentido preguntarse si la Sony A7R IV es una buena cámara?
Por supuesto que lo es. Entre otras cosas porque es lo mínimo que cabe esperar de un modelo profesional que cuesta 4000 euros. Y también porque es la evolución de la A7R III, uno de los modelos de referencia para quienes necesitan trabajar con resoluciones muy elevadas.
Pese a ello, no es ningún secreto que la A7R IV genera alguna duda e incluso alguna crítica de quienes empiezan a no poder entender ni seguir el frenético ritmo que Sony pretende imponer. A sus competidores, claro, pero de paso a sus usuarios.
El caso es que con semejante y precio y resolución no parece que sea esta una compra impulsiva, sino algo que hay que meditar.
Así que pensando en los que estarán sumidos en un mar de dudas y decidiendo si merece o no la pena invertir esos miles de euros hemos preparado un vídeo con los puntos clave de este modelo.
Allí lo explicamos punto por punto, pero vamos a repasarlo aquí de manera breve mientras repasamos algunas imágenes de muestra realizadas con la Sony A7R IV y diversas ópticas así como comparaciones con otros modelos.
Diseño y construcción
Aunque se mantienen las líneas generales del diseño, esta cuarta generación llega con algunos retoques interesantes. La empuñadura más pronunciada mejora el agarre sin apenas penalizar el tamaño general del cuerpo y aportando una sensación de mayor consistencia entre las manos.
Ligeras modificaciones también en los diales y sus bloqueos, el joystick -algo más cómodo de manejar sin dejarnos el pulgar en el intento- o el botón de vídeo.
Otro detalle que nos hace soñar con que a veces es verdad eso de que las marcas escuchan a sus clientes: se ha cambiado la posición de las ranuras de la tarjeta SD de modo que ahora la 1 y la 2 ocupan lugares más lógicos.
Visor y pantalla
El visor electrónico prácticamente dobla su resolución respecto a la generación anterior, con 5,7 millones de puntos. Interesante también la frecuencia de refresco de 100 fps que contribuye a su fluidez.
¿Se notan las cambios? La verdad es que sí. La sensación general al acercar el ojo es que el visor es ahora más orgánico o menos digital. Vaya, justo lo que quieren muchos usuarios que siguen mirando con cierto escepticismo los visores electrónicos y prefiriendo los ópticos.
En todo caso, ¿es el mejor del mercado? Nos tememos que no. El usado por Panasonic en sus S1 o el de las Nikon Z nos sigue convenciendo más.
60 megapíxeles
Sony quería convertir su A7R IV en la neuva referencia en cuando a detalle y resolución y la verdad es que esos 60 megapíxeles nos siguen pareciendo una cifra espectacular, más propia de sistemas de forma completo que de una cámara de este tipo.
Los resultados están a la altura de lo esperado, con dos sorpresas agradables: nos da la sensación de que Sony está haciendo los deberes con el color de las imágenes -una de las asignaturas pendientes según muchos usuarios- y el estabilizador hace un buen trabajo a la hora de impedir que la trepidación del disparo se note en el resultado. Algo que con semejante nivel de resolución podría ocurrir y obligarnos a disparar siempre a velocidades muy altas.
Por cierto, esos 60 MP se traducen en unos tamaños de archivo considerables, de unos 30 MB trabajando en JPEG a máxima calidad y más de 120 si se trata de un RAW sin comprimir.
Aunque la comparación más lógica sería con su predecesora, hemos pensado hacer algo más extremo y enfrentar sus 60 megapíxeles a los modestos 24 megapíxeles de la A7 III. ¿Se nota mucho la diferencia? A ver qué os parece.
Enfoque automático
La A7R IV llega con todas las novedades que Sony ha ido implementando últimamente en sus nuevos modelos y mediante actualizaciones de firmare en cámaras anteriores. La lista incluye enfoque al ojo para personas y animales, e denominado Real time tracking AF para el enfoque de seguimiento y enfoque al ojo que ahora también está operativo en la grabación de vídeo.
Y, como era de esperar, los resultados no decepcionan. Sony ha conseguido configurar estos años uno de los mejores sistema de enfoque del mercado -el mejor entre las sin espejo, sin ninguna duda- y, lo que tal vez sea más importante, cada vez más fácil de usar y sin necesidad de hacer malabarismos para configurarlo.
Pero que no hayas acostumbrado no significa que no sea destacable que una cámara de 60 megapíxeles y pensada para el estudio sea capaz de ofrecer un nivel de enforque que hasta hace poco sólo era propio de modelos profesionales diseñados para la fotografía de acción y deportes.
Qué ópticas utilizar
Evidentemente, el nivel de exigencia del sensor sube de la mano de la resolución. ¿Pero hasta tal punto que sólo trabajando con las caras y estupendas ópticas GM de Sony vamos a poder exprimir sus posibilidades?
Por supuesto, si el presupuesto lo permite, a por ellas. Pero según hemos podido comprobar la A7R IV no se lleva mal con objetivos algo más modestas. Por ejemplo el 24-70 mm f4 de Sony o el interesante Sigma 45 mm f2.8 que también hemos estado probando estos días.
Ruido y sensibilidad
Tanto megapíxel seguro que ha afectado a la sensibilidad, estarán pensando los más pesimistas. Y la lógica dice que así podría ser porque si metemos más píxeles ne la misma superficie, el menor tamaño de cada célula puede tener efectos negativos en el resultado.
La A7R IV no es una cámara optimizada para la fotografía nocturna ni para disparar a sensibilidades extremas, eso es evidente. Pero hemos querido comparar su rendimiento a 12.800 ISO con un modelo mucho más modesto en resolución, la A7 III.
Los resultados parecen dejar claro que el ruido sigue estando muy bien controlado incluso con estos niveles de sensibilidad. Comparado con la citada A7 III sí parece haber algo más de ruido, pero también más detalle con lo que queda compensado.
Velocidad de disparo
Hasta hace poco había que elegir entre resolución o velocidad. Es decir, una cámara de acción pririza la ráfaga frente a los megapíxeles mientras que en una de estudio como ésta A7R IV la velocidad es casi un dato menor.
Pese a ello, Sony ha querido volver a demostrar fuerza permitiendo ráfagas de nada menos que 10 fotos por segundo en este modelo. ¿A máxima resolución? Sí. ¿En RAW? También, aunque si usamos los 14 bits la velocidad se reduce a 6 fotogramas por segundo.
Por suerte, ahora las dos ranuras son compatibles con tarjetas de alta velocidad UHS-II. Y es que necesitaremos tarjetas de mucha capacidad y rápidas para poder soportar este flujo de datos sin que la cámara se quede congelada.
Disparo de alta resolución
Cuesta imaginar que alguien necesite más de 60 megapíxeles. De hecho casi cuesta imaginar que muchos profesionales necesiten tanta resolución, pero por si es el caso la A7R IV estrena un modo de disparo en alta resolución que permite multiplicar por 4 el tamaño de la imagen.
Aunque modelos anteriores ya ofrecían un modo de disparo múltiple de 4 fotos que mejoraba la captura de color pero sin aumentar la resolución, ahora se le suma otro de 16 disparos que ofrece una imagen final de, atención, 240 megapíxeles.
En ambos casos, eso sí, es necesario utilizar trípode y simplemente se ofrece la secuencia de archivos, sin unirlos. Para ello tendremos que recurrir a un programa externo y tener en cuenta que esos 16 RAW nos van a ocupar unos 2 GB en la tarjeta de memoria. Para una sola foto, sí.
Un ataque todavía más directo a las cámaras de formato medio y que ofrece un nivel de detalle no visto hasta ahora en este segmento. ¿Pero se nota mucho la diferencia respecto al disparo estándar de 60 megapíxeles? Vosotros mismo podéis comprobarlo.Vídeo
Vídeo
La A7R IV llega con apenas novedades en cuanto a la grabación de vídeo, aunque de nuevo hay algunos pequeños detalles que merece la pena destacar, como el mencionado enfoque al ojo y menús específicos para la grabación que se agradecen a la hora de trabajar.
También es interesante ver que la sensibilidad nativa para grabar en las curvas LOG de Sony (SLog2 y SLog3) pasa de unos inmanejables 3200 ISO a 500 ISO, algo que facilitará mucho la grabación con estos perfiles en situaciones de alta luminosidad.
De todos modos, las dos novedades más esperadas por los videógrafos es el fin de la limitación de la grabación a 29 minutos, algo que hasta ahora sólo ofrecían las Lumix GH5 y GH5s, y la promesa por parte de Sony de mejorar la gradación de color en las tomas de vídeo.
Pese a ello y unas especificaciones muy completas, lo cierto es que la A7R IV no es un modelo pensado para grabar vídeo ni la opción más recomendable para quienes estén buscando equipo especializado para ello.
¿Me la compro?
Que la Sony A7R IV sea una de las mejores cámaras del momento no significa que sea para todos los públicos ni la opción más lógica para la inmensa mayoría de usuarios.
Ahí están los resultados y las comparaciones para que cada uno valore si necesita urgentemente esos 60 megapíxeles o puede conformarse con la generación anterior de 42 millones de puntos o incluso ir a por la Sony A7 III, un modelo que por su polivalencia nos sigue pareciendo el más adecuado para la inmensa mayoría de usuarios.
Que sí, que con 60 megapíxeles podemos recortar mucho y obtener un nivel de detalle espectacular. Si hacemos bodegón, moda, publicidad o reproducción de arte puede que necesitemos semejante calidad, pero no será el caso de la mayoría de fotógrafos.
Nada mejor que hablar de dinero para entenderlo mejor. La A7R IV anda por los 4000 euros el cuerpo, mientras que la A7R III puede encontrarse ya por menos de 3000 y la A7 III por unos 2000 euros.
1000 y 2000 euros de diferencia que dan para una o varias buenas ópticas que seguramente es lo que muchos fotógrafos necesitan más que 60 megapíxeles.
Y es que tras probar el nuevo modelo y pese a que es una de las cámaras más potentes del mercado nos seguimos haciendo la misma pregunta del principio. ¿Sony la ha presentado para demostrar de lo que es capaz o porque es lo que los usuarios estaban pidiendo?