Publicado en Dzoom el 10-7-2020:

Hacer fotografía es comprarse una cámara y empezar a disparar fotos. ¿De verdad piensas que dedicarse a la fotografía significa eso? ¿Comprar y disparar solo un botón? Eso sería demasiado fácil, y nos convertiría a todos en expertos en la materia, pero déjame decirte que esto no es para nada así. Hacer fotografía pasa por formarse, por conocer el equipo, por practicar y practicar, y en definitiva, por coger experiencia con el paso del tiempo.

En el artículo de hoy voy a contarte aspectos importantes que he ido aprendiendo con el paso del tiempo sobre el apasionante mundo de la fotografía para que te sirvan de guía en tu propia andadura fotográfica.

Echando la Vista Atrás

Ha pasado ya mucho mucho tiempo desde que cogí mi primera cámara y empecé a disparar fotos. Aún recuerdo cuando medía el carrete de mi cámara analógica como si de un tesoro se tratara, y cuando después iba a la tienda para que revelaran mis fotos. Ese tiempo en el que esperaba para saber cómo habían salido mis imágenes era emocionante, y más lo era todavía abrir el sobre en el que te las entregaban después y podías ver tu trabajo materializado.

También recuerdo los días en la universidad en los que me enseñaron a revelar mis propias fotografías analógicas, y meterse en el cuarto oscuro y ver el proceso que tenía que seguir para pasar mis tomas del carrete al papel, era magia pura.

Pero por mera cuestión de edad, no fue hasta que me adentré en la fotografía digital cuando realmente empecé a aprender qué es la fotografía, y la diferencia que hay entre disparar una toma y hacer una fotografía.

De aquello hace ya mucho tiempo, y desde entonces no he dejado de practicar y aprender infinidad de cosas nuevas sobre este arte. Mi propósito en este artículo es hablarte de las cosas más importantes que he ido aprendiendo, para que te sirvan de guía y sepas valorar todo el trabajo que puede haber tras una bella imagen.

Cosas Aprendidas sobre el Equipo, los Accesorios y las Necesidades Fotográficas

Lo primero de lo que quiero hablarte es sobre el equipo. ¿Qué cosas he ido aprendiendo sobre él con la práctica?

1. Fotógrafo vs. Equipo

Pues lo primero de todo, que un equipo más caro o más nuevo no significa absolutamente nada si no hay un buen fotógrafo detrás. Que pagues más por algo o que puedas comprarte el modelo más top de una marca no te convertirá en mejor fotógrafo, ni tus imágenes serán más increíbles.

La cámara al final no deja de ser nuestra herramienta, una herramienta que debemos saber manejar bien para lograr nuestro propósito final, una buena fotografía. Pero si no tienes ojo fotográfico, da igual que dispares tus tomas con una cámara de 100€ que con una de 4000€.

2. Lleva Siempre Tarjetas y Baterías de Repuesto

Lo segundo es que nunca salgas a fotografiar sin una batería y una tarjeta de memoria de repuesto. No sabes la impotencia que causa descubrir que se te acaba cualquiera de ambas y vas a perderte una buena foto por no llevar una de repuesto. Hoy en día las tarjetas son bastante económicas, por lo que te aconsejo llevar siempre 1 o 2 extra en tu mochila, y por supuesto, con espacio libre y formateadas a ser posible. Y lo mismo respecto a las baterías, las cuales deberás comprobar que estén cargadas.

3. Comprueba el Equipo Antes de Cada Sesión

También conviene destacar que es necesario comprobar nuestro equipo y la configuración de la cámara antes de salir de casa. Esto, hilándolo un poco con el punto anterior, significa comprobar que tenemos las tarjetas libres y guardadas en la mochila (que no se queden en el ordenador), las baterías cargadas (que no se queden en el cargador), el equipo limpio, y también, que nuestra cámara no está configurada con parámetros para una sesión muy distinta de la que vamos a hacer.

Por ejemplo imagina que sales una noche a hacer fotografías nocturnas y al día siguiente tienes que hacer una sesión diurna. Los ajustes de la cámara no serán los mismos, por lo que conviene dejar configurada la cámara con algún modo semiautomático por si nos pilla de sorpresa alguna toma. De cómo tener tu cámara siempre lista ya te hablábamos en este otro artículo.

4. No Existe la Mochila Perfecta

Otra cosa importante que acabarás descubriendo es que no existe la mochila fotográfica perfecta, ¡y mira que hay variedad! Pero siempre hay algo que se escapará. O no tiene cremalleras para que no se pierdan las tarjetas, o no tiene un bolsillo para meter la cartera y el móvil, o es demasiado grande, o es demasiado pequeña, o no está suficientemente acolchada… Hay muchas mochilas que te harán buen papel, pero la mochila perfecta no existe, es mejor asumirlo.

5. Hazte con un Buen Trípode

Además de la mochila, un accesorio realmente importante para casi cualquier fotógrafo es el trípode. Fotografía de larga exposición, nocturnas, macro, producto… son muchas las temáticas para las que lo necesitarás, por lo que es importante que adquieras uno bueno que se ajuste a tus necesidades. Eso sí, al igual que ocurre con las mochilas, con los trípodes nos pasará algo similar. No existe el trípode perfecto, todos tienen sus ventajas e inconvenientes. Si buscamos uno que sea ligero y pequeño para poder transportarlo de manera fácil, pero que a la vez queremos que sea robusto para que nos garantice una mayor estabilidad y aguante nuestro pesado equipo… olvídate. Aunque cada vez salen más modelos que intentan buscar ese equilibrio, la norma general es que u optamos por comodidad, u optamos por estabilidad.

6. Objetivos: ¿Cuántos Necesito?

No te voy a mentir, incluso a mí que te estoy ofreciendo estos consejos la primera respuesta que me viene a la cabeza es «cuantos más mejor». Pero eso sabemos que no puede ser, y debido a lo caro que puede llegar a ser el equipo lo mejor es (antes de empezar a comprar a diestro y siniestro) analizar cuál es el tipo de fotografía que practicamos y elegir en consecuencia. ¿De que te sirve tener un gran angular luminoso si no haces fotografía de paisaje o fotografía nocturna? ¿O para qué quieres un objetivo macro si no vas a practicar esa disciplina?

Hay que intentar ser selectivos y prácticos. Escoge objetivos que puedas aprovechar para todos aquellos géneros que te gusten, y con el tiempo ya irás adquiriendo aquellos que sientas que te faltan. En mi caso por ejemplo empecé con el objetivo del kit y un teleobjetivo. Cuando conocí las bondades del 50 mm f/1.8 me lancé a por él sin dudarlo, y lo exploté. Lo exploté mucho. Después, descubrí que además de esta lente para mis fotografías de retrato echaba en falta disfrutar de la gran amplitud que ofrece un gran angular para capturar mis paisajes, y acabé adquiriendo un Tokina 11-20 f/2.8, que no solo me vino bien para paisaje, sino también para fotografía nocturna.

Y bueno, con el tiempo y alguna que otra oferta jugosa acabaron cayendo un macro y otra focal fija luminosa. Y sí, ahora pensarás «Vaya, dice que sea selectivo y mira qué arsenal tiene ella». Y sí, no te equivocas. Pero el equipo que he ido adquiriendo no ha sido de un día a otro ni mucho menos. Han pasado años hasta que he adquirido todo lo que tengo ahora, y sobre todo he realizado muchas fotografías para saber qué necesidades tenía y qué lentes podían proporcionármela. Luego solo ha sido cuestión de paciencia y de ahorrar.

7. Adquiere Solo los Accesorios que Utilices

Y otro dato importante, no hace falta que te compres todos los accesorios fotográficos del mundo. Nos pasa mucho a los fotógrafos que tenemos la necesidad imperiosa de adquirir cada cacharrito nuevo que vemos; geles de colorreflectorflashesdifusorescaja de luztubos de extensión y otros muchos accesorios. ¿Pero de verdad los necesitas todos? ¿O solo los utilizarás cuando los compres y los guardarás en la estantería y dejarás que cojan polvo? Esa es la pregunta que debes hacerte antes de comprarlos. Además, a veces el ingenio es nuestra mejor carta, y podemos conseguir resultados parecidos utilizando multitud de trucos caseros o incluso imprimiéndolos en 3d.

8. Lleva Siempre Alguna Linterna

La fotografía es apasionante, ¿y qué pasa cuando algo te apasiona? Pues que puedes perder la noción del tiempo y que lo que era una sesión de fotos al atardecer se acabe alargando y convirtiendo también en una sesión de foto nocturna. Esto te lo cuento porque me ha pasado, y aunque hoy en día el flash del móvil puede ser una gran linterna, también consume batería que da gusto, así que te recomiendo que siempre lleves alguna linterna o frontal en tu mochila por lo que pueda pasar.

Y no solo porque pueda hacerse de noche, también puedes encontrarte con rincones en pleno día que estén en plena oscuridad, como una cueva o un túnel por ejemplo.

9. Lleva Calzado Cómodo y Adecuado

Un fotógrafo necesita su equipo fotográfico, pero también un buen calzado. Piénsalo, podemos pasar horas y horas caminando o de pie en una sesión, y la diferencia que hay entre ir cómodos y no, puede marcar un abismo. Es más, si no vas cómodo o tu calzado no está preparado para el terreno en el que vas a estar, seguramente ni disfrutarás de la sesión porque solo podrás concentrarte en el daño o incomodidad que sufren tus pies. Así que opta siempre por llevar unas zapatillas que no te impidan disfrutar de lo que de verdad te apasiona.

Por ponerte un ejemplo, aun recuerdo cuando viajé a Escocia con una botas que eran cómodas pero no impermeables. ¿Qué ocurrió? Bueno, os podéis imaginar que la lluvia en Escocia no es la misma que tenemos en Valencia, y fueron muchas las jornadas en las que mis botas terminaron empapadas y yo muy incómoda en gran parte del viaje.

10. Vístete para la Ocasión

Y al igual que ocurre con el calzado, también ocurre con otro equipo básico como indumentaria adecuada, crema solar, paraguas, agua, o incluso repelente de insectos. Tenemos que conocer bien el lugar al que vamos, porque así podremos equiparnos como toca y olvidarnos de todo ese tipo de cosas para concentrarnos de verdad en la fotografía. No sufrir porque nuestra chaqueta no abriga lo suficiente, o porque las zapatillas nos rozan los pies, o porque no llevamos agua y tenemos mucha sed.

11. Cuida Tu Equipo

Otro punto que considero muy importante es que sepamos cuidar nuestras herramientas. La cámara necesita mimos y cuidados, necesita que la limpiemos de vez en cuando, que no la dejemos tirada de cualquier manera sobre cualquier superficie, necesita que antes de soltarla en un trípode te asegures de que está bien sujeta, que no la dejes en un coche sola a la vista si te vas…

Nuestro equipo fotográfico es como el pincel y el lienzo para un pintor, son las herramientas que nos permiten expresarnos en imágenes, y lo mínimo que podemos hacer es cuidarlo y no correr riesgos innecesarios. Porque el equipo cuesta mucho dinero, y con un mínimo de atención podemos hacer que dure muchísimo más tiempo.

Cómo Conseguir Mejores Fotografías

¿Y qué cosas he ido aprendiendo acerca de cómo lograr mejores composiciones fotográficas?

12. Cuenta Historias con Tus Imágenes, Exprésate con Ellas

¿Para qué hacemos fotografías si no es para contar historias y expresarnos a través de ellas? No te limites a disparar el obturador de la cámara simplemente para registrar una imagen de manera descriptiva. Eso lo puede hacer cualquiera (ojo, no confundir esto con la fotografía documental). Busca transmitir emoción, transmitir un mensaje.

Seguro que muchas veces has oído lo de «Vale más una imagen que mil palabras», y es que la fotografía tiene el poder de contar a través de ella historias, así como también nos ayuda a transmitir sentimientos, reflexiones o incluso ideas complejas de un modo más directo que las palabras. Y por supuesto, mucho más universal, porque las imágenes no entienden de idiomas. Así que aprovecha el poder que tiene una imagen y trata siempre de transmitir algo con tus fotografías para que ganen fuerza.

13. Foto de Postal Sí, Pero Hay Más

Nunca debemos quedarnos solamente con la postal típica de un lugar. Puedes hacer esa foto por supuesto, si vamos a París todos querremos nuestra foto con la Torre Eiffel, si vamos a Islandia todos querremos la foto con la cascada más popular, o si vamos a Valencia todos querremos nuestra foto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Por supuesto que debes hacer esa foto. Pero una vez hecha, ¿por qué no pruebas a mirar a tu alrededor y buscar nuevas perspectivas, o incluso nuevos motivos que pasan más desapercibidos pero que pueden ser igual de interesantes en tus tomas? No te limites a fotografiar lo destacado, lo que está señalizado para que fotografíes. Busca la belleza en el entorno, cambia de ángulo, mira a tu alrededor… En definitiva, busca tener fotos que sean diferentes a las del resto.

14. Sé Paciente con Tu Aprendizaje

No tengas prisa. Aprender fotografía es un viaje fascinante, e infinito. Aunque te pasaras un año entero estudiando sin parar, nunca lo sabrías todo acerca de la fotografía, pero esto no es algo negativo, sino todo lo contrario. Hay mil facetas que estudiar sobre este arte, y hay que tener paciencia. Sobre todo al principio, cuando aun no controlamos bien los parámetros de la cámara y conceptos básicos como pueden ser la profundidad de campo o la hiperfocal, términos que pueden llegar a ser algo técnicos y teóricos.

Ante estos casos, lo que sin duda funciona mejor es una vez leída la teoría, practicarla nosotros mismos. Aunque no sean ejemplos increíbles, aunque simplemente cojas muñecos o utensilios que tengas por casa… pero practica tus propios ejemplos, porque es entonces cuando las piezas del puzzle encajarán y entenderás poco a poco qué es la fotografía y cuáles son las armas que te proporciona para lograr la imagen que tú deseas.

15. Equivócate, Equivócate Mucho

Aprendemos de nuestros errores, eso es un hecho. Da igual que alguien te diga que tengas cuidado y levantes el pie para no tropezarte con una piedra. Hasta que no te tropieces tú mismo con ella, no reaccionarás y no aprenderás la lección para que no vuelva a ocurrirte.

Lo mismo nos pasa en fotografía, aprendemos de nuestros fallos. Así que sí, te fastidiará mucho descubrir que los ojos de tu modelo no salen perfectamente nítidos, o que no utilizaste la mejor focal para aquella sesión que hiciste en la montaña, o que no comprobaste que habías cogido tarjetas de memoria extras y te has quedado sin espacio, o que se te olvidó limpiar el sensor de la cámara y tienes una mancha muy fea en todas tus fotografías. Todo ello te fastidiará muchísimo, de verdad. Pero te aseguro que te pasará una, dos veces… o tres a lo sumo. Ese fallo que cometiste te dará tanta rabia que se te quedará grabado para siempre. Con lo cual… de algo malo, podemos sacar una parte positiva.

Equivocarse es una parte más del proceso de aprendizaje, así que equivócate mucho. Aunque recuerda, después de la caída hay que armarse de fuerzas y volverse a levantar. 

16. Conoce los Elementos Más Importantes de la Fotografía

Otra de las cosas que he aprendido es que hay tres cosas esenciales que debemos aprender para conseguir buenas fotografías, y que son independientes a la cámara que usemos o al motivo que tenemos frente a ella: la luz, la composición y el color.

  • La fotografía es luz, sin ella no existe. Es por eso que parte de tu progreso como fotógrafo pasará por conocer sus propiedades y las alternativas que tenemos para modificarla y usarla tal y como queremos en nuestras tomas, ya se trate de luz natural o luz artificial. Además también es importante que conozcas cómo varía la luz en los diferentes momentos del día, y en qué horas tendrás una iluminación más bonita para realizar tus capturas.
  • El segundo factor es la composición. ¿Qué es la composición? Pues es el arte de distribuir los elementos que tenemos en el encuadre para que dirijan la mirada de quien observa la fotografía justo a donde nosotros queremos. Aquí es donde empieza a verse la diferencia de la que te hablaba antes. No es lo mismo llegar a un sitio y disparar la foto sin más, que analizar lo que tenemos y aprovechar las líneaslos marcos naturaleslos patrones y muchos otros elementos para que guíen la mirada hacia el punto que queremos.

Hay muchísimas reglas de composición, aunque a mi no me gusta llamarlas reglas, sino recomendaciones. ¿Por qué? Porque no existe ninguna fórmula mágica que nos diga que si aplicas la conocida regla de los tercios en tu foto vaya a funcionar. Puede que para tu captura lo mejor que puedes hacer para impactar sea precisamente romper esa regla y centrar a tu sujeto. Es por eso que las veo como recomendaciones, porque pueden funcionar bien, pero antes de aplicarlas tienes que conocerlas y entenderlas, y pensar si seguir una u otra te ayudará a lograr lo que deseas.

  • Y no nos olvidemos del color. El color es un recurso muy poderoso al que no le sacamos apenas partido, pero conociéndolo bien podremos mejorar de forma significativa nuestras imágenes. Y ya no solo me refiero a su visualización una vez hechas, ni tan siquiera a su resultado tras haberlas editado. Me refiero también a conocer la teoría y la psicología del color para sacarle provecho desde el mismísimo momento de la captura. Porque el color ayuda a transmitir emociones, y ¿qué es la fotografía sino un medio para contar historias y expresar emociones?

17. Atención con los Bordes del Encuadre y el Fondo

Esto tiene mucho que ver con la composición, pero he querido dedicarle un apartado especial para que seáis conscientes de la importancia que tiene. Porque admitámoslo, ¿alguien de todos nosotros puede jurar que nunca ha hecho un retrato en el que ha cortado pies, manos, codos o incluso la propia cabeza del modelo en sus fotografías? ¿O que ha incluido elementos en el fondo que distraían totalmente la atención del sujeto?

Por un lado, tenemos los conocidos como tipos de plano, que es muy interesante que conozcáis para que sepáis cuáles son los estándares con los que se suele trabajar. Como os he dicho antes, no se trata de algo super estricto, pero sí que nos dará pistas de cuáles son los encuadres que mejor suelen funcionar.

Y por otro lado, no nos olvidemos del fondo de nuestras fotografías, que puede contextualizar y destacar al protagonista, pero también puede robarle atención y convertirse en una auténtica distracción.

Para ambos casos, ten presente los límites de tu composición para que si se queda algo fuera de ella sea porque así lo has decidido, y que no se vean cortes de elementos importantes, tanto en fotografía de retrato como en otras temáticas. Así como tampoco dejes que los elementos del fondo le quiten importancia al elemento principal de la toma.

18. La Suerte No Siempre Te Acompañará

Si hay otra cosa que he aprendido con el paso del tiempo es que la suerte a veces también juega en la partida fotográfica, y me explico. Por ejemplo, puedes salir durante seis días por la tarde con tu cámara para tratar de captar un atardecer espectacular y que éste no lo sea. Ahora, si sales el séptimo día sin la cámara, entonces la ley de Murphy actuará y será entonces cuando salga una puesta de sol de ensueño. ¿Y con qué cara te quedarás? Pues déjame decirte que seguro que no será ninguna que quieras poner en la foto del perfil de tus redes sociales 😛

Pero tranquilo porque aunque no lleves siempre tu equipo fotográfico encima, hoy en día tenemos siempre con nosotros una cámara, la de nuestro móvil. Aunque la calidad no será la misma, cada vez lo móviles ofrecen mejores resultados, y sabiendo utilizar los elementos que hemos comentado que ayudan a obtener mejores composiciones, podrás capturar esa bella escena que te ha pillado de imprevisto. Mejor una foto con el móvil que ninguna ¿verdad?

19. Aprende a Fotografiar, pero También a Vivir el Momento

Ya sabes que insisto mucho en que salgas a practicar, en que dispares muchas fotografías y en que así es como aprenderás mejor, aunque siempre hay límites. ¿Y dónde están en nuestro caso? En saber diferenciar los momentos que tienes que capturar con tu cámara, y los momentos que debes vivir y disfrutar plenamente, a través de tus ojos, no a través de tu objetivo.

Me encanta la fotografía, la adoro, pero a veces hay ocasiones en las que merece la pena no vivir algo que es especialmente importante a través del visor de la cámara. Hay un momento para todo, así que aprende a distinguir esos momentos y resérvate aunque sea unos minutos para disfrutar plenamente de lo que tienes delante de ti. Puede que sea un concierto, puede que sea el cumpleaños de un familiar, o incluso puede que simplemente te encuentres ante un bello paisaje.

Está claro que nuestra memoria no guarda imágenes tan nítidas como lo hace la cámara, pero cuando recuerdes ese momento vivido no solo te vendrán a la cabeza imágenes, sino también sensaciones intensas que te trasladarán de inmediato a lo que viviste.

20. Disfruta de las Sesiones en Grupo

¿La fotografía solo se puede disfrutar en soledad? ¡En absoluto! De hecho, salir a fotografiar con otros fotógrafos es realmente interesante. Primero porque la sesión será mucho más divertida, y además podrás estar hablando con tus compañeros durante horas de un mismo tema que os apasiona. Por otro lado, cuando hay más de un fotógrafo siempre está presente ese sentimiento de dar lo mejor de nosotros, ¿por qué? Pues porque vas a tener el mismo motivo fotográfico que tus compañeros, y para diferenciarte tienes que poner toda la carne en el asador.

La pasión por la fotografía une a diferentes fotógrafos a pesar de que usen equipos distintos y tengan visiones distintas.

Hay quienes pueden pensar que esto lleva a crear ciertas rivalidades, y puede darse el caso. Aunque también te diré que yo lo veo como una oportunidad para compartir distintas visiones y estilos fotográficos, como una manera de pedirse lo mejor a uno mismo y esforzarse más en lo que hace, y por supuesto, como una magnífica forma de aprender cosas nuevas sobre fotografía a través de los ojos de nuestros compañeros.  Además, no nos olvidemos que hay algunos tipos de fotografía que entrañan cierto riesgo, y el ir con alguien más siempre será más seguro.

Sobre los Ajustes de la Cámara

Hablemos ahora de los ajustes de la cámara y de su configuración.

21. Familiarízate con los Accesos Rápidos

Cuando una empresa crea un modelo de cámara y la diseña con ciertos botones de accesos rápidos no es por casualidad. Esos botones a veces pueden marcar la diferencia entre conseguir o no conseguir una foto. No siempre tenemos todo el tiempo del mundo para entrar en el menú y realizar todos los cambios de configuración en varios pasos. Esos botones nos permiten acceder de manera mucho más rápida y directa a las funciones más destacadas para que podamos obtener la foto tal y como queremos. Además, lo mejor es que muchos de esos botones son personalizables, por lo que puedes decidir tú mismo que función quieres que haya en ellos.

Dicho esto, reitero la importancia de conocer bien la herramienta con la que estamos trabajando, y de leer el manual para conocer todas sus posibilidades. Al fin y al cabo la cámara debe ser una extensión de nuestra mano, y debemos conocerla y saber manejarla como si se trata de una parte más de nuestro cuerpo. Conocer esos botones de acceso rápido nos ayudará mucho en esta misión, y nos permitirá saber configurar la cámara hasta en condiciones en las que la rapidez es esencial o incluso cuando no tenemos apenas luz, porque sabremos donde está cada opción sin necesidad de pensarlo dos veces.

22. Conoce los Distintos Modos de Disparo

Y aquí llega un punto esencial, conocer los modos de disparo de nuestra cámara. Habrás oído decir a mucha gente que si no disparas tus fotos en modo manual no eres un buen fotógrafo, y eso está totalmente fuera de lugar y en absoluto es cierto. Otra cosa distinta es que aprendas a trabajar con el modo manual, pero como con todo, esto requiere tiempo y mucha práctica. Y aún conociéndolo, habrá situaciones en las que utilizarlo no sea la mejor opción.

¿Somos peores fotógrafos por utilizar un modo semiautomático en vez del manual? En absoluto, y que nadie te diga lo contrario. A veces la situación manda, y esos modos están ahí para hacerte el trabajo más fácil teniendo cierto control sobre tu fotografía, al mismo tiempo que te permiten actuar de una manera mucho más rápida.

Es por esa razón que es importante conocer todos esos modos, porque de esta forma sabrás cuál es la mejor opción para ti en cada situación. Además, antes de llegar a controlar absolutamente el modo manual, los modos semiautomáticos son una herramienta perfecta para conocer de qué manera influye cada uno de los parámetros en nuestras fotografías, no solo teniendo en cuenta cómo afectan a la exposición, sino también conociendo otras de sus implicaciones.

Así pues, antes de pasar al modo manual puedes trabajar con el modo semiautomático de prioridad a la apertura de diafragma y conocer cómo esta variable, además de dejar pasar más o menos luz a la cámara, también afecta a la profundidad de campo, o ver como con el modo de prioridad a la velocidad de obturación esta puede determinar si congelamos el movimiento de un sujeto u objeto, o no. Cuando trabajas con el modo manual tienes el control sobre todo, pero si no tienes claro qué implicaciones tiene cada variable no tendrás el control sobre tu fotografía, por mucho manual que pongas.

Así que una buena manera de aprender es empezar primero con los modos semiautomáticos, y una vez controlados (y para aquellas situaciones en las que se requiera) utilizar el manual. ¿Y qué situaciones son esas? Pues situaciones en las que las condiciones lumínicas no estén cambiando constantemente por ejemplo. Porque sino acabarás mareado con tanto cambio y además desgastarás los botones de tu cámara. En esas situaciones será mejor optar por algún semiautomático, ¿no crees?

Ahora bien, habrá algunos tipos de fotografías que solo podrás hacer si disparas en modo manual, y ahí no hay otra opción. La fotografía nocturna es un claro ejemplo de ello. Si no controlamos todas las variables, la cámara será incapaz de sacar un buen resultado. Así que lo dicho, conoce bien los modos, práctica con ellos, y evalúa cada situación para decidir cuál es aquel que te permitirá obtener los resultados que deseas en tu imagen.

Sobre Procesado y Edición

Veamos ahora algunas cuestiones básicas aprendidas sobre el procesado y el trabajo en el momento de la edición.

23. Desarrolla Tu Propio Flujo de Trabajo

No hay un flujo de trabajo bueno y otro malo. Tampoco hay un flujo de trabajo mágico que deje todas tus fotografías perfectas en cuestión de segundos. Cada uno procesa sus capturas siguiendo un camino concreto, y ese será tu flujo de trabajo. ¿Que hay modos de trabajar más eficientes? Puede ser. ¿Que utilizando otras herramientas más avanzadas podemos lograr mejores resultados? Pues posiblemente. Pero nada de ello importa, porque debes ser tú quien determine cuál es la forma de trabajar con la que te sientes cómodo.

¿Qué más da si editas tus imágenes con LightroomPhotoshopLuminar 4Capture OneDarketable o Rawtherapee? Al final todos ellos son software puesto a tu disposición para que te sientas cómodo al editar y dejes tus fotografías como quieres con las herramientas que te proporcionan. Y a lo mejor, todas las ventajas que le ofrece uno de esos programas a un fotógrafo, no lo son para otro.

Con el paso del tiempo, y con el descubrimiento de nuevas herramientas, podrás ir incorporando cambios en él. Pero será tu flujo, tu metodología, esa con la que te sientes cómodo, y que te convierte en el fotógrafo que eres hoy.

24. No Tengas Miedo a Recortar Tus Fotos

¿Se puede recortar en edición una foto? ¡Pues claro! Y a veces no solo se puede sino que se debe. En muchas ocasiones no nos daremos cuenta en el momento del disparo en que hemos cortado un elemento por la mitad, o hemos incluido algo que no resulta relevante para la toma. Recortar en el momento de la edición sirve también para mejorar la composición final de nuestra foto, así que no tengas miedo de usar esta herramienta.

Eso sí, tampoco nos vengamos arriba y recortemos un cuarto de imagen, porque al hacerlo estaremos reduciendo considerablemente el tamaño del archivo y eso puede afectar a la calidad de tus fotografías. Así que antes de hacer de usar esta herramienta ten muy presente de qué forma vas a visualizar la imagen después, en qué plataforma la subirás o en qué tamaño la vas a imprimir. De esa manera sabremos si podemos permitirnos un recorte más o menos agresivo.

25. Crea Copias de Seguridad

No. No hace falta que esperes a que tu disco duro te dé un susto para considerar esta opción. Si valoras tu trabajo y te gusta todo lo que has ido consiguiendo hasta la fecha, no dudes en crear copias de seguridad de tus fotografías. Puede ser adquiriendo más discos duros, o puede ser utilizando los distintos servicios de almacenamiento en la nube que hay disponibles en el mercado, pero hazlo.

Sé que hoy en día con la fotografía digital disparamos mucho más, y que si encima trabajamos con formato RAW las imágenes pesarán mucho más, así que si no quieres hacer copia de todo el grueso de tu archivo fotográfico, al menos hazlo de las imágenes esenciales. Haz un recopilatorio de todas ellas, y guárdalas en una copia de seguridad. Nunca sabes cuando el disco duro puede fallar, y créeme si te digo que si llega ese momento ni la peor película de miedo te causará tanto terror.

26. Imprime Tus Fotos de Vez en Cuando

Vivimos en un momento en el que lo digital nos ha invadido en muchos campos de la vida, incluido la fotografía. Ha llegado un punto en el que todas nuestras fotos son digitales. Las compartimos por redes sociales, las vemos en el ordenador, se las enviamos a la familia por Whatsapp… pero ¿qué hay de sentir una foto en tus manos como la hacías antes?

No hace falta que las imprimas todas por supuesto, pero poder plasmar una de tus fotos en un lienzo que decore tu habitación, o un álbum que recopile tus mejores fotografías del año, te hará verlas desde una perspectiva totalmente diferente. Así que valora esta opción y materializa tus fotos para disfrutarlas de un modo distinto.

Más Allá del Equipo y la Edición

Y por último, vamos a repasar otros detalles que también es importante que tengas en cuenta durante tu aprendizaje fotográfico.

27. Nunca Dejes de Formarte

Nunca nunca dejes de formarte. Ya te comentaba antes que la fotografía es infinita, y que puedes aprender muchísimo sobre ella, así que hazlo. Mantente al día con las novedades tecnológicas, prueba diferente software, lee, lee desde el manual de tu cámara hasta los libros que más inspiración puedan proporcionarte para seguir aprendiendo, apúntate a workshops, a tertulias fotográficas, a fotowalks, a webinars… lo que sea, pero no dejes de hacerlo.

Lo bonito de este arte es precisamente eso, que nunca vamos a saberlo todo sobre fotografía, y que en cualquier momento esta puede sorprendernos con algo.

28. Amplia Tus Horizontes y Prueba Otros Géneros

Está claro que no todo se nos tiene por qué dar bien, y que como ocurre con todo en esta vida, tendrás tu temática preferida con la que disfrutarás más de la fotografía. Eso sí, para saber cuál es tu temática predilecta primero tendrás que probar algunas de ellas ¿no crees?

Salir de nuestra zona de confort, no marcarse límites y proponerse el reto de atreverse a probar diferentes géneros y ejercicios fotográficos supone una gran vía de aprendizaje. En ese camino puedes descubrir que te gusta otro género, que incluso se te da mejor, o no. Puede que después de probarlo definitivamente seas consciente de que no es lo tuyo, pero puede que te quedes con alguna práctica que te sirva para aplicar en otro tipo de fotografías. En cualquier caso, sacarás más beneficios que pérdidas.

29. Las Limitaciones Empujarán Tu Aprendizaje

Algo que puede suponer un gran problema para nosotros, como lo son las limitaciones de equipo, de tiempo o incluso de acceso a entornos sorprendentes, pueden provocar un impulso en nuestro aprendizaje fotográfico. ¿Por qué digo esto? Pues porque cuando nos limitan intentamos aprovechar al máximo aquello con lo que podemos trabajar. Ya nos ocuparemos de pensar de qué manera podemos aprovecharlo para obtener resultados buenos, aunque no se trate ni del mejor equipo ni del mejor entorno para hacerlo.

Ante esta situación hay que sacar nuestra mejor sonrisa y seguir adelante afrontando esas limitaciones. Porque son las que nos ayudarán a progresar, y porque son las que nos empujarán a que el día de mañana logremos lo que nos propongamos. De todo esto te hablo más en profundidad en Aprovecha las Limitaciones para Crecer como Fotógrafo.

30. Comparte Tu Trabajo y Escucha las Críticas

Y llegamos al punto final, el de compartir nuestro trabajo. No es obligatorio claro, pero compartir tu trabajo te abrirá una nueva vía de aprendizaje. Hoy tenemos la facilidad de poder exponer nuestras fotografías en las redes sociales y compartirlas así con otros fotógrafos. Fotógrafos que pueden opinar sobre las mismas, y de cuyas críticas constructivas podemos aprender mucho sobre nosotros y nuestra forma de hacer fotografía. Sobre qué prácticas erróneas podemos estar cometiendo, o sobre qué aspectos han supuesto una buena decisión para el resultado final de la imagen.

Cuando compartimos ganamos todos, porque aprendemos y enseñamos a la vez. Siempre desde el respeto por supuesto, siempre con argumentos. Así que anímate y expón tu trabajo en las diferentes redes sociales que tengas a tu alcance.

¡Evalúa Tu Aprendizaje!

Y hasta aquí llega la recopilación de consejos que te hago y que he aprendido a base de experiencia. Seguro que esta lista podría completarse mucho más, y seguro que podría contarte muchas anécdotas que respaldan lo que aquí te cuento, pero creo que lo expuesto en este artículo ya puede ser un buen punto de partida.

Ahora te toca a ti aprender y equivocarte, para así poder recopilar tus propios consejos a partir de tu experiencia. Y por descontado, si quieres compartirlos conmigo a través de los comentarios será un placer leerte compañer/a. ¡Disfruta del precioso viaje que implica el aprendizaje fotográfico!

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