Publicado en XatakaFoto el 10-9-2019:
Parece ser que es una época donde nos despedimos de varios íconos de la fotografía. No sólo hemos tenido que despedirnos de Peter Lindberg el pasado cuatro de septiembre, ahora es tiempo de decirle adiós a uno de los fotógrafos documentalistas más influyentes del siglo XX. Muere Robert Frank a sus 94 años de edad.
No nos cansamos de repetir que ‘The Americans’ es uno de esos fotolibros que todos deberíamos tener en casa. Más de 20.000 fotografías de un recorrido por el país norteamericano fueron depuradas en un libro de 83 imágenes de gran impacto que muestran la desigualdad y opresión de Estados Unidos; imágenes que evidencian la desigualdad de clase y el racismo en una sociedad supuestamente próspera. Este fue un fracaso editorial que que influiría y sigue influyendo a miles de fotógrafos que se guían por esta área de la fotografía.
Viendo a través de un lente
El fotógrafo suizo nació en 1924, hijo de familia judía. A pesar de vivir en Suiza, el impacto de la Segunda Guerra Mundial guió su trabajo a girar en torno a la opresión y la desigualdad.
Su vida fotográfica comenzó como aprendiz del fotógrafo Hermann Segesser, donde se movió principalmente en la fotografía de retrato y paisaje. Luego, a finales de los cuarentas, Frank emigra a Estados Unidos y consigue un trabajo en la Harper’s Bazaar, donde tiene un constante recorrido de ida y vuelta a Europa que le presenta un contraste de desarrollo social que inspira su trabajo.
En 1950 se casa con su ex-esposa María Lockspeiser y unos años más tarde aplica a la beca John Simon Guggenheim para el desarrollo de su proyecto ‘The Americans’. Desde 1955, el fotógrafo viaja durante algo más de un año alrededor de 43 estados americanos, con el propósito de crear un gran documento fotográfico que fuera fiel a exponer la sociedad americana desde el punto de vista de alguien que desembarca sin conocimiento alguno del país: sin prejuicios y sin necesidad de filtrar lo que encuentra.
Después de un proceso de depuración de más de dos años, el fotógrafo resume ese viaje, esos conocimientos y esa vida en 83 imágenes. Publicadas primero a finales de 1958 en Francia y luego a inicios de 1960 en EE.UU., con un gran fracaso comercial que transforma al fotógrafo en un agitador, en alguien que desprecia la sociedad que le ha dado un espacio en ella.
Sin embargo, el ámbito artístico y los movimientos sociales de los sesenta ayudaron a que lentamente la obra adquiriera el valor que se merecía. Hacia 1961, Frank presentaba su primera Exposición individual el instituto de arte de Chicago y poco después en el MOMA de Nueva York.
En 1963 consigue la ciudadanía americana.
En paralelo, el fotógrafo comenzó a experimentar con el cine a finales de los cincuenta. Su primera se tituló ‘Pull My Daisy’ y en ella reflejaba su mirada sobre la gente, sí mismo y cómo esta sinergía mueve la vida.
Años después, la separación de su esposa, el diagnóstico de esquizofrenia de su hijo y la muerte de su hija transforman su mirada. Sigue siendo honesta, pero algo más triste.
Después de esto, los méritos más llamativos en su carrera son la creación de la fundación Andrea Frank, que busca apoyar a los artistas a través de becas. También está su segundo trabajo más polémico, el documental ‘Cocksucker Blues’, donde siguió a los Rolling Stones en su gira del 72, mostrando los excesos de la vida del sexo, las drogas y el Rock ‘n Roll. Pieza que la misma banda tuvo que censurar por miedo a las consecuencias de las imágenes capturadas.
Sin duda alguna es un fotógrafo que ha cambiado la historia del arte con su obra. Vale la pena revisitar a este maestro con detenimiento. Lamentamos su partida de este plano existencial.
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Fotografía de portada | Robert Frank